
llevo desde los 16 años, más de la mitad de mi vida, conviviendo con la artritis reumatoide.
He querido dar visibilidad a mi caso y a mi proceso de maternidad para mostrar que se puede tener hijos aun a pesar de esta enfermedad. Ojalá con mis palabras anime a otras mujeres en esta situación a hablar con su reumatólogo y no abandonar sus sueños.
Para mí, el embarazo fue sin duda la mejor etapa y, a pesar del brote que sufrí en el postparto, ver a mi hijo cada día merece tanto la pena que ¡estoy deseando repetir la experiencia! Porque el abrazo de un hijo supera con creces todo lo demás.
El apoyo emocional de mi marido y la ayuda diaria de mis padres con el peque (ya que cosas como agacharme para jugar con él no las puedo hacer), y encontrar un reumatólogo que me transmita confianza y seguridad han sido mis pilares fundamentales.
Gracias a que pedí ayuda durante uno de mis brotes, me pasaron a un tratamiento biológico y hoy me siento de maravilla.
Tengo claro que yo, y mi actitud positiva, soy dueña de mi vida, no mi enfermedad.