
Tuve a mi hijo sin estar diagnosticada de espondilitis. Llevaba dos años con lumbalgia pero no acababan de dar con el motivo. A raíz de tener al niño, tuve un montón de problemas. Yo creía que era todo por la cesárea. Como a los nueve o diez meses de dar a luz, me dio un súper brote: no podía levantarme de la cama. Me mandaron al reumatólogo y vieron que al haber tenido un embarazo sin diagnóstico de espondilitis, y por tanto sin seguimiento ni tratamiento, el brote fue bestial.
Luego vinieron dos años muy complicados que me habría ahorrado si hubiera tenido un tratamiento previo y planificación. En 2013 me pudieron tratar ya con biológicos y fue ya en 2015 cuando recuperé la normalidad.
Tratarte con un biológico obliga a un proceso largo previo que incluye volverte a vacunar de todo. Luego tienes una mejora inmediata, y después, hasta dos años para volver a la normalidad, volver a cómo eras antes.
En cuanto a la crianza, en esas circunstancias lo más duro era agacharme a la cuna y bañar al niño, pero mi marido es un sol y compartimos bastante la crianza.
Si hubiera tenido un diagnóstico precoz, todo hubiera sido más fácil, sobre todo el primer año, que fue tan duro que decidimos no tener un segundo hijo. Hace siete años no había tanta información como ahora y además los médicos te desanimaban un poco, sólo te decían que el embarazo suponía dejar el tratamiento. Ahora ya no es así, pero si entonces hubiera sabido lo que me esperaba, habría tenido a mi hijo igualmente.
Hoy en día, con todo el proceso un poco atrás, puedes llevar una vida muy normal, a veces cuando estás en un brote tienes que bajar la actividad y la familia lo sabe, no pasa nada. Tienes que cuidarte mucho, no debes dejar de hacer ejercicio, debes cuidarte el peso, etc. Mantener un ritmo de vida saludable.
Lo importante es la actitud, y con eso puedes buscar y probar cosas para adaptarlas a ti, en ejercicio, en alimentación… hay espondilitis que afectan más a los hombros, otra los tobillos, cada caso es un mundo y tienes que adaptarte. Buscas lo que te conviene y casi sin darte cuenta, cambias hasta el tipo de zapatos que te compras.
Los médicos también están cambiando, pero creo que aún tienen miedo a favorecer la maternidad porque para ellos es un problema. Al menos ahora ya no te lo descartan. Antes sí te desanimaban más.
¿Qué le dirías a otras pacientes?
Si llego a saber que tener un hijo era esto, lo hubiera tenido antes, y habría pensado en tener otro
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